Martes 14. Somos unos alumnos más de la Jagiellonian.

Hoy, 14 de mayo, después de dos días en Cracovia nos sentimos como en casa, gracias a nuestros colegas polacos que son acogedores y generosos. Nos conmueve su amabilidad y han conseguido llegar a nuestros corazones.

Hemos asistido a una clase, en la misma universidad de la que Copernico fue alumno hace cientos de años, con compañeros polacos, utilizando el inglés como lengua vehicular, en la que, de forma lúdica, hemos analizado los estereotipos que tenemos sobre nuestros países, lo que conocemos de ellos es poco y se basa en ideas preconcebidas en general.

Después de un café, una profesora de la universidad, en perfecto español, nos ha explicado cómo la población judía casi ha desparecido, en Polonia, desde la Segunda Guerra Mundial. El país los había acogido desde la Edad Media, (como acogen ahora a los ucranianos) cuando los expulsaban de otros países, de modo que en el año 1939 representaban un 25 por ciento, más de 3 millones y medio. Ahora sólo quedan unos 7.500 en todo el país. El nazismo cometio un daño irreparable. No sólo a ellos, sino a la Universidad, cuando a todos los profesores los arrestó, para luego llevarlos a campos de concentración donde terminaron gaseados. 

Después visitamos el AULA MAGIS y el museo de la Universidad Jagiellonian, donde conocimos donde estudiaba Copérnico. 

Una universidad con una gran historia y de la que ya nos sentimos parte.

Por la tarde visitamos lo poco que queda del antiguo barrio judío, el gueto donde los confinaron y la farmacia cuyo farmacéutico, arriesgando su vida, ayudo a salvar a muchos judios, como  Schindler y otros hicieron. 

A ellos debemos agradecer que podamos mantener la fe en los seres humanos.

En estos tiempos de conflictos que nos hacen dudar de la racionalidad de algunos gobernantes y los poderosos que los apoyan, es imprescindible que EUROPA fomente sus valores y principios: la paz, la justicia, la solidaridad, la igualdad, la sostenibilidad.

ERASMUS+ es un programa que promueve y ayuda a crear lazos de amistad, colaboración, tolerancia y respeto, para seguir construyendo una comunidad europea donde los derechos humanos no sean vulnerados. Como reza la inscripción en la universidad de Cracovia:

VBI CHARITAS ET AMOR IBI DEUS EST